INFLUENCIA ECONÓMICA DE LAS EMPRESAS FAMILIARES

Hay varios estudios encaminados a determinar la proporción de empresas familiares que existen con relación al total de empresas. En la mayoría de dichos estudios, la proporción se aproxima a 90 por ciento. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que tal porcentaje está determinado en función de lo que se entienda por empresa familiar. Desafortunadamente las definiciones de las que parten los estudios son diferentes, de modo que no es posible realizar comparaciones entre ellos. En América Latina podríamos esperar índices superiores a los anteriores, con tasas de entre 90 y 95 por ciento, pero estos datos no parten de estudios formales, sino de la apreciación de algunos especialistas. Para no entrar en detalles y manejar una proporción comprensible, se podría estimar que nueve de cada 10 empresas en América Latina son familiares.

La influencia de las empresas familiares en la actividad económica es notable; en Estados Unidos son responsables de la generación de cerca de 50 por ciento del Producto Interno Bruto y de por lo menos la mitad de las fuentes de empleo en el mismo país (Rosenblatt, 1990; Weigel, 1992; Gersick, 1997). En México y el resto de América Latina se calcula que la influencia de las empresas familiares en la actividad económica es aún mayor.

Podemos hacer patente que la gran mayoría de las organizaciones en todo el mundo son empresas familiares. En los países desarrollados las empresas familiares son un gran motor de la economía, y muchas de las grandes organizaciones profesionales y globales no dejan de ser empresas familiares (Lansberg, 1999).

Tal es el caso de las cien mayores empresas estadounidenses que aparecen en un artículo de la revista Family Business Magazine (2002). Wal-mart, propiedad de la. familia Walton, es la empresa familiar de mayores dimensiones, y fue fundada en 1962. Walmart registra ventas superiores a los 165 billones (en el Sistema Internacional de Unidades, miles de millones) de dólares al año y da empleo a 1140 000 personas. Ford Motor Company, propiedad de la familia Ford, fue fundada en 1903, tiene ventas de 162 billones de dólares anuales y emplea a 364 600 trabajadores. Cargill, de las familias Cargill y Mac Millan, que se fundó en 1865, sus ventas ascienden a 150 billones de dólares y da empleo a 84 mil personas. Otras empresas familiares muy exitosas en Estados Unidos son: American International Group (seguros) de la familia Greenberg; Koch Industries (combustibles y agricultura) de la familia Koch; Motorola (comunicaciones) de la familia Galvin; Carlson (hoteles) de la familia Carlson; y Loews (tabaco, hoteles) de la familia Tisch. Otras empresas familiares notables son Anheuserbusch, Gap, Marriott, Levi Strauss, Enterprise Rent a Car, Hallmark, Johnson, Estee Lauder, McGraw-Hill, Amway y para finalizar esta larga lista, mencionaré a The New York Times, que es una de las empresas familiares más antiguas (fue fundada en 1851).

Las organizaciones familiares no sólo ejercen una gran influencia dentro de la economía formal, sino también como parte de la economía subterránea. Gran cantidad de pequeños negocios y talleres caseros es operada por los miembros de alguna familia. En América Latina numerosos servicios y productos son ofrecidos por negocios familiares a un enorme mercado que está dispuesto a adquirirlos. Dentro de esta forma de operar se pueden encontrar, por ejemplo, a muchas mujeres que elaboran en su casa pasteles, antojitos, helados y otros productos, y los venden ellas mismas u otros integrantes de su familia. Por supuesto que no es mi intención incursionar en el análisis del com¬plejo problema de la economía informal, sólo quiero ilustrar la gran cantidad de familias que encuentran su modus vivendi en esta modalidad de negocios.

Los programas universitarios dirigidos al estudio de las empresas familiares se han multiplicado (Seltz, 1994). El Instituto de la Empresa Familiar (FFI, Family Firm Institute) edita cada año un directorio de sus miembros.

En la edición de 2003 aparecen 118 centros dentro de varias universidades estadounidenses afiliadas al FFI (111 centros en 2002) y 43 centros ubicados en otros países (38 centros en 2002).

En México, recientemente (2011), se realizó una alianza hispano-mexicana de donde nace la FUNDACIÓN HERES (www.fundacionheres.com), la cual es una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo primordial sensibilizar y capacitar a las empresas familiares del país con las más avanzadas metodologías y herramientas, para que logren el éxito a través de las generaciones. Con la creación de esta organización, se hace realidad la aspiración de un grupo de empresarios mexicanos: crear una institución mexicana dedicada exclusivamente a la Familia Empresaria que, centrada en un entorno fundamentalmente empresarial, a menudo descuida las cuestiones más propias del ámbito familiar dentro del binomio empresa-familia.

Las empresas familiares se desarrollan en todos los segmentos eco¬nómicos. Estas pueden ser de todos tamaños (incluidas, como ya se mencionó, varias de las mayores corporaciones multinacionales), bajo diversas formas legales y con distintos grados de profesionalización. No obstante, todas estas empresas tienen algo en común: la gran influencia que ejerce la familia sobre la empresa.

 

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