ESPOSOS EN LA FAMILIA, SOCIOS EN LOS NEGOCIOS

Para abordar este tema me parece que podría plantearse la pregunta siguiente: ¿Es posible que dos personas puedan ser esposos y socios al mismo tiempo? Por supuesto que la respuesta podría ser que sí y numerosos ejemplos podrían respaldarla. Pero me parece que debemos agregar que dependerá de sus personalidades, del grado de compromiso y sobre todo, si se complementan sus habilidades para desarrollar negocios.

Aunque los estudios e investigaciones en este tema son relativamente recientes, los resultados tienen la tendencia hacia que para conseguir una próspera relación empresarial se requiere un conjunto específico de valores y prácticas. Algunos estudios insinúan que la permanencia y el éxito de un negocio creado por una pareja están basados en la personalidad, la actitud y la aptitud para el trabajo en equipo de cada uno de sus propietarios. No obstante, en mi opinión, deben considerarse algunos otros aspectos. A continuación describiremos algunos consejos prácticos que tienen su origen en las características encontradas en parejas que han triunfado en los negocios.

No mezclar trabajo y vida privada.

Las situaciones problemáticas en la empresa pueden convertirse muy pronto en problemas personales cuando las parejas descuidan su vida privada ante las constantes demandas de la empresa. Además, es necesario evaluar, discutir y resolver los problemas de la empresa en la empresa y los familiares en casa.

Tener una visión compartida.

Una pareja debe estar completamente de acuerdo hacia donde quiere dirigir el negocio y hacia donde desea que vaya la familia; dicho en forma coloquial: no sirve que “alguno de ellos quiera ir hacia el sur y el otro hacia el norte”. La visión compartida propiciará que se unifiquen sus propósitos individuales, fortalecerá su esfuerzo y ayudará a superar las dificultades cuando lleguen a presentarse.

 Conocerse a sí mismo (y a su socio y pareja).

 El éxito de la empresa dependerá de la capacidad de pensar y trabajar como un equipo, además de hacer acopio de una buena cantidad de valores tales como la humildad, la cooperación, la comprensión, la paciencia, la autoevaluación honesta, etc.

Aceptación de roles no tradicionales.

Las parejas-socios coinciden en que su éxito reside en encontrar una perspectiva y un significado especial para el dar y el recibir. Esto incluye necesariamente que ambos estén dispuestos a ser flexibles en los roles que deben asumir cada miembro de la pareja, ya sea en el ámbito familiar o empresarial.

Definir las políticas claramente.

Es imprescindible desarrollar un código de comportamiento, si bien es cierto que en ocasiones dichas reglas se establecen de forma tácita, es decir, no se definen formalmente si no que se suponen e infieren, lo más recomendable es formalizarlas de tal forma que no quede lugar a dudas de su contenido. Por ejemplo: qué decisiones le corresponde tomar a cada quien, qué no se debe comentar con los empleados, cómo tomar acuerdos en conjunto y sobre qué asuntos, y todos los demás temas que de manera particular se consideren cruciales para que el negocio y la pareja funcionen productivamente.

Mantener siempre abiertos los canales de comunicación.

El esfuerzo por no perder la comunicación debe ser constante. Muchas parejas empresarias han encontrado en estas vías de comunicación la manera para poder evaluar sus actividades y definir sus prioridades.

Respetar las diferencias de opinión.

Se dice que los líderes en general suelen discrepar a menudo. En las empresas los líderes discuten siempre. Es fundamental aprender a respetar una opinión diferente del otro y reconocer su aportación. Contrariamente a lo que en términos generales se cree, discrepar no debilita, por el contrario, fortalece.

 Encontrar las coincidencias y los puntos fuertes.

Las parejas que comparten su negocio deben tener una visión realista de sus virtudes y defectos así como de sus gustos y rechazos. De igual manera, deberán procurar fortalecer los talentos y las aptitudes en las que son complementarios. Se sugiere que cada uno asuma un papel vital para la empresa y respete los espacios del otro. Si se diera el caso de que ambos se encuadren en un perfil similar, entonces se aconseja contratar a alguien externo para que llene los vacíos.

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